Planchar una camisa puede convertirse en una tarea relativamente difícil y tediosa si no tienes cierta experiencia con la plancha. Pero, hay una buena noticia para ti si no se te da bien planchar las camisas y/o tardas mucho con esta tarea.

La buena noticia es que para planchar bien una camisa, y en menos tiempo del que crees, tan solo tendrás que seguir una serie pasos que vamos a mostrarte a lo largo de este artículo.

Preparativos antes de planchar una camisa

Asegúrate de que la plancha y la camisa estén del todo limpias

Antes de planchar una camisa es bueno verificar que la base de la plancha está completamente limpia, puesto que en caso contrario la mancha irá a parar a la camisa. Lo mismo ocurre con la camisa, asegúrate de que no tiene ninguna pequeña mancha porque en el momento que pases la plancha por encima de ella será más difícil quitarla.

Usa una buena tabla de planchar y también una buena plancha

Descarta planchar sobre cualquier superficie que no sea una tabla de planchar en condiciones. Esto es así porque si no dispones de una superficie que no sea lo suficientemente amplia y lisa no podrás planchar bien la camisa. Evita, por tanto, planchar en tablas pequeñas de viaje y encima de la cama, o similares.

Usar una buena plancha de vapor también supone una gran ayuda a la hora de planchar una camisa.

Fíjate en la etiqueta de la camisa

Antes de planchar la camisa tienes que ver su etiquetado para ver cuál es la recomendación del fabricante. En concreto, has de buscar el símbolo de la plancha en la etiqueta.

Los símbolos de la plancha pueden ser varios, siendo los principales los siguientes:

  • Con un punto: planchar a temperatura baja, sin superar los 110º
  • Con dos puntos: planchar a temperatura media, sin superar los 150º
  • Con tres puntos: planchar a temperatura alta, sin superar los 200º
  • Símbolo de la plancha tachado: no se puede planchar la prenda

Ten un pulverizador de agua como aliado

Un pulverizador de agua te ayudará a mantener húmeda la camisa en todo momento, lo que te facilitará enormemente la tarea de planchado. Puede que la plancha que uses ya incorpore dentro de su estructura un pequeño pulverizador de agua, pero lo normal es que no sea tan efectivo como sí que lo es un pulverizador manual.

Pasos que tienes que dar para planchar una camisa

Plancha el cuello y los puños

Comenzar planchando el cuello y los puños de la camisa es una buena idea porque son las partes más duras de la prenda. Esto hace que sea más difícil que se arruguen durante el posterior proceso de planchado, lo que te proporcionará mayor facilidad para poder planchar el resto de la camisa.

Antes de planchar el cuello, apóyalo sobre la tabla, bien estirado, quedando la zona interior del cuello hacia fuera. Para planchar esta zona desabrocha los botones y pasa la plancha de un lado a otro. Después repite el mismo proceso con la zona exterior del cuello. Si es una camisa de vestir retira antes las ballenas que tiene dentro.

Con la zona de los puños has de seguir los mismos pasos que con el cuello.

Mientras estés planchado estas zonas, ten cuidado con los botones de los puños y del cuello (si los tuviese) y no los planches, para evitar dejar marcas y/o deteriorar los botones.

Plancha la zona de los hombros y la parte superior de la espalda

En este paso tienes que introducir la punta de la tabla dentro de una de las mangas, todo lo que sea posible, pero sin forzar, de tal manera que tengas a tu alcance la zona de los hombros y la superior de la espalda. La manga de la camisa tendrá que quedar caída, pero sin tocar el suelo.

Planchar hombros de la camisa

Una vez tengas la camisa en esa posición, adáptala con las manos a la forma de la tabla, para que quede lo más estirada posible. Después plancha de un lado a otro hasta que quede bien lisa esa zona. Cuando finalices este paso, repite lo mismo con el otro brazo de la camisa, para así llegar a la zona de los hombros del lado contrario.

Por último, para planchar la zona superior de la espalda tan solo tendrás que poner la zona del cuello de la camisa en la punta de la tabla para poder acceder bien a esa zona y así dejarla bien planchada.

Planchar los brazos

Ahora te tocará estirar uno de los brazos de la camisa encima de la tabla de planchar, estando la zona del puño de la camisa al lado de la punta de la tabla. Acto seguido solo tendrás que planchar la zona del brazo de un lado a otro hasta que quede bien lisa. 

Cuando acabes con un lado del brazo pasa al otro y haz lo mismo, y cuando finalices un brazo sigue los mismos pasos para el brazo contrario.

Para no dejar marcas en este paso, ten cuidado de no pasar la plancha por los bordes de la manga.

Plancha la parte frontal

Sé especialmente cuidadoso a la hora de planchar esta parte de la camisa, puesto que es la que más se ve.

Para planchar esta zona tienes que poner una de las partes frontales encima de la tabla. Después, estira bien la camisa para que no te dejes ninguna parte de esta zona sin planchar y para no dejar arrugas. 

Planchar frontal de la camisa

A continuación tan solo tienes que planchar de arriba abajo hasta que quede lisa esa parte de la camisa. Cuando acabes repite el mismo proceso con la otra parte de la camisa.

Ten cuidado con los botones, para no estropearlos. También sé cauteloso a la hora de planchar las camisas con bolsillo, puesto que es más fácil que quede alguna arruga en la zona del bolsillo.

Plancha la zona de la espalda

Para finalizar, ya solo te queda planchar la zona de la espalda. Para ello tendrás que poner la zona del cuello en la punta de la tabla de planchar, de tal manera que quede frente a ti la zona de la espalda. Ahora ya solo tendrás que planchar la zona de la espalda, excepto la parte superior que ya quedó planchada en los primeros pasos.

Aquí hay que matizar que en los casos en que tenga pinza la parte trasera de la camisa, tendrás que planchar de manera cuidadosa los lados de la pinza, para así no dejar arrugas.

Cuando acabes de planchar, no te olvides colgar la camisa en una percha

Aquí ya deberías tener la camisa a punto, bien planchada. No obstante, para confirmar que tu camisa está del todo bien planchada tendrás que ponerla en una percha. De un solo vistazo verás si te has dejado alguna arruga o no. Esto también te servirá para que posteriormente no se arrugue.

También es recomendable que la guardes en un armario que no esté muy lleno, porque si no te podrás llevar la desagradable sorpresa de que, tras un tiempo, cuando vayas a sacar la camisa que se suponía que estaba planchada te la encuentres con alguna arruga. Te lo decimos por experiencia propia.

Como recordatorio final; antes de meter la camisa en el armario, espera unos minutos, ya que con el calor es más fácil que se arrugue la camisa.


Patri Pérez

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